ÚLTIMOS POST

La inocencia de los 99

La inocencia de los 99

La inocencia de los 99

La Inocencia de los 99

Nunca he compartido la opinión de que los ancianos son como niños, tampoco me gusta el trato que se les da y la forma de hablarles, sobre todo en el ámbito sanitario, pues hay una diferencia radical y obvia entre un niño y un viejo que es, precisamente, la biografía.

Es cierto que a partir de cierta edad comenzamos a tener lagunas en la memoria y a perder rapidez mental o capacidad de comprensión. Es cierto, también, que la vivencia del tiempo en ambos grupos, niños y ancianos, se asemeja, pero semejante no es lo mismo que igual. El niño está construyendo su memoria mientras que el anciano la va dejando atrás; el niño lleva al adulto a caballo de su energía y con el viejo hemos de acompasar nuestro paso al suyo; al niño le guiamos en su entrada en la vida, al anciano le acompañamos en su final.

Mi padre murió con casi cien años, como diría Schopenhauer porque se le acabó la vida, no por enfermedad, aunque sí presentaba unas características que hacían que, a pesar de su notable autonomía, yo hubiese de estar pendiente de sus movimientos nocturnos. Me trasladé a dormir a una habitación al lado de la suya, y como ambos teníamos, curiosamente, el mismo ritmo de sueño, podía oír cómo se rebullía de madrugada en la cama al despertar de un profundo descanso de cinco horas. Entonces me acercaba y le preguntaba si quería un mini desayuno de tres dedos de café con galletas o un poco de papaya fría…. A las dos propuestas respondía invariablemente que sí: cuando eran las 3 de la madrugada se sentaba en la cama para tomar el café con una galleta de chocolate; pero si eran las 5 prefería la papaya y, entonces, yo le ayudaba a incorporarse de la cama y calzarse las zapatillas, y le seguía por el pasillo vigilando que no tuviera ningún percance con el andador con el que se ayudaba para caminar. Una vez sentados a la mesa de la cocina, cada uno de nosotros tomaba su desayuno, yo el clásico café con leche y tostadas y él la papaya fría y una cucharadita de miel; ambas cosas le encantaban y su expresión de disfrute era notable, pues a cada bocado que daba se volvía hacia mí y me decía “muy bueno”.

Todas las madrugadas de su último año de vida se repitió esta escena. Su mirada establecía contacto con la realidad desde una dimensión inalcanzable para la mayoría de nosotros, y a través de esa mirada, que unía dos puntos tan lejanos, fue como pude descubrir la razón de que los niños y los viejos fueran distintos pero a la vez iguales, y creo que esa razón es la inocencia. 

 

La inocencia de los 99

La inocencia de los 99

En Introducción a la esencia de la mitología, C. G. Jung se refiere a la naturaleza preconsciente y postconsciente del hombre. La consciencia es una parte importante de la psique humana; en ella residen el pensamiento, la voluntad, la memoria y otras tantas facultades que nos permiten relacionarnos con el mundo y adaptarnos a la realidad. Sin embargo, hay otra parte de la psique igual de importante -pero a la que no podemos acceder sino de manera indirecta-, que es el inconsciente. En él se encuentran almacenados recuerdos, sensaciones, conocimientos, percepciones, pensamientos que han ido cayendo en el olvido por diferentes razones; pero también lo inconsciente contiene todas las experiencias que la humanidad, como especie, ha ido acumulando a lo largo de su historia.

No albergo ninguna duda respecto a que hay una vida psíquica más allá de la consciencia y que, además, contiene a ésta, pero tampoco tengo dudas respecto a que no sé cómo es ni en qué consiste. Sin embargo, la fotografía que encabeza este escrito nos puede ayudar a comprenderlo si contemplamos la isla como una representación de la consciencia, y el mar y el cielo como el resto de la vida psíquica, esa que desconocemos. Creo que es esa vida psíquica la que hace semejantes al niño y al anciano, pues parece ser un mundo en el que se vive más ensimismado que pendiente de lo de fuera; en el que el espacio-tiempo se configura de tal forma que hace posible una cierta y extraña ubicuidad; en el que la naturalidad y la espontaneidad aflojan la rigidez de las convenciones y normas sociales; en el que la relación con la vida es directa, sin intermediarios; en el que las obligaciones y responsabilidades menguan. Cuando desciende el nivel de la consciencia, emerge la inocencia.

El relato bíblico de la expulsión del Paraíso podría ilustrar la relación entre consciencia e inocencia. Adán y Eva viven apaciblemente en el Jardín del Edén, hasta que comen del árbol del conocimiento del bien y del mal y entran en la realidad de la consciencia al tiempo que pierden la inocencia; parece como si ambos estados se excluyeran y no pudieran existir a un  mismo tiempo.

Pero el niño y el anciano no son iguales. La mirada de un niño nos zambulle en la inmensidad de lo aún no creado, mientras que la mirada del anciano nos habla de la inmensidad de lo creado, es aquí donde ambos se diferencian: uno comienza a escribir su biografía mientras el otro la está cerrando.

Pienso que en el trato con los ancianos deberíamos tener presente que llevan a sus espaldas una historia cargada de sentimientos, ilusiones, sueños y frustraciones, de anhelos, dolor y  esperanza, de pérdidas y de ganancias. Deberíamos saber que se han asomado a todos los misterios de la vida y que no tenemos nada que enseñarles, por lo que tan solo debemos acompañarlos en el trecho del camino que nos toque como hijos, como sanitarios, o como cuidadores.

Artículo de la psicóloga Carmen Alonso Echanove

Bibliografía
Schopenhauer, A., El Arte de Sobrevivir, Herder Editorial, S.L., Barcelona, 2013
Jung, C.G. y Kerényi, K., Introducción a la esencia de la mitología, Biblioteca de Ensayo Siruela, Madrid, 2012

Fotografías
Ipanema, Río de Janeiro (Brasil), W. Weissmann
William Blake, Libros Proféticos II, Ediciones Atalanta, Girona, 2014

Ver también
https://centroenki.com/el-rito-de-la-despedida-en-el-aislamiento-por-coronavirus/
https://centroenki.com/ritos-en-los-tiempos-del-covid19/
https://centroenki.com/la-ley-de-eutanasia-y-el-mito-de-quiron/

 

Tags:


Abrir chat
1
Pide tu cita ahora
Hola 🖐️
escríbeme y te contesto...